Fecha de publicación: 07/12/07
Entre los intentos de cambio profundo que vive hoy nuestra América Latina de inicios del siglo XXI, resulta una referencia necesaria y obligada por la vía pacífica constitucional y con consulta a la población, los procesos en desarrollo con fuerte apoyo popular en Bolivia, Ecuador y Venezuela. Pues estos intentos se hacen en un contexto global, como dice Leonardo Boff “cada vez es mayor la conciencia de que la ciencia, la tecnología, la economía, las finanzas y el mercado, aunque imprescindibles, no bastan para darle un rostro humano a la globalización. El propio proceso demanda una dimensión espiritual, ética y estética que proporcione dirección y sentido a las demás instancias... Nuestros desafíos de orden ecológico, económico, político, social, ético y espiritual están inter.-retro-conectados...Esta red de conexiones sólo podrá ser urdida si las cosas se desarrollan de manera que el bien particular se ordene al bien común, la economía se someta a la política, la política se rija por la ética, y la ética se inspire en una espiritualidad, es decir, en una nueva óptica acerca del universo, del lugar que el ser humano ocupa en él y del misterio de la existencia...De la conciencia de etnia y de clase pasamos a la conciencia de especie...como miembros de la gran familia humana y miembros también de la comunidad de vida, hermanos y hermanas, primos y primas de otros representantes-plantas y animales-de la inmensa biodiversidad...del superorganismo vivo, Gran Madre, Pachamama y Gaia....Las identidades pasadas, nacionales y regionales, que tantos conflictos y tensiones han producido, no dejarán de existir, pero ya no serán ellas las que definan individualmente el futuro. Este será moldeado por todos...” (Boff Leonardo Virtudes para otro mundo posible Sal Terrae España 2006). En este contexto, resulta un signo de esperanza el camino ético–político que intenta darse en la Venezuela en transformación por su propio pueblo, quien, inspirado en su espiritualidad cristiana, humanista y de culturas originarias y en el legado de su historia basada en la generación libertaria de Bolívar, Sucre, Juan Germán Roscio, da pasos de avance contando con una relación cívico-militar solidaria. Este esfuerzo evoluciona desde 1998 hacia una vía socialista que rechace los errores de los socialismos del pasado y ofrezca una alternativa a la hegemonía mundial de la opción neoliberal, en franca decadencia pero aún con enorme poder destructivo. Una característica de esta vía, con todos sus aciertos y errores, es su permanente consulta al pueblo en decisiones trascendentes. Aún así, el camino ha sido obstaculizado manipuladoramente por los grandes grupos de poder mundial, con sus medios de comunicación, como una vía tiránica, militarista...opresora...aún con sus 11 procesos electorales en 9 años. Cuando ya estos medios se disponían a continuar su distorsión de la realidad y los grupos de poder gestaban acciones desestabilizadoras, por primera vez, la opción planteada de avance, es negada por la mayoría de la población.
En muchas comunidades la sabiduría popular señala que “Dios escribe recto con líneas torcidas”. Este hecho, reconocido democráticamente por todos los actores de la comunidad, evidencia la dimensión ética del camino, dejando fuera de juego a los desestabilizadores nacionales e internacionales, valorando la separación de poderes interna, y haciendo evidente su distancia o su diferencia con otras vías socialistas autoritarias como las que históricamente se plantearon. Pero tal vez lo más importante: ofrece un momento de introspección en cada actor social, del gobierno y de la oposición, “evitar ver la paja en ojo ajeno, sin ver la viga en el propio” valorar su responsabilidad en función de una conciencia democrática hacia otro mundo posible.