INFORME BALANCE DEL TRABAJO DE LA COMISION NACIONAL DE CONTROL Y DISCIPLINA AL VII CONGRESO NACIONAL
1. INTRODUCCION:
El VI Congreso Nacional del Partido tuvo como uno de sus acuerdos importantes, el nombramiento de la Comisión Nacional de Control y Disciplina. Su origen tuvo que ver con la necesidad de institucionalizar la vida interna del Partido y poner fin al abandono y violación de las normas estatutarias lo cual había conducido a errores y deformaciones muy graves, desnaturalizando el centralismo democrático. Por eso es que "el Congreso asume como principio obligatorio para todos sus miembros, la unidad estrecha entre teoría y práctica, palabra y acción. Lo que se dice se hace; lo que se acuerda se cumple, sin privilegios para nadie.
Tal el contenido de la institucionalización de la vida interna del Partido, cuyo eje es el centralismo democrático correctamente asumido. Ello implica poner en pleno juego el Estatuto partidario y los Reglamentos, fortalecer el sistema de control en el cumplimiento de las decisiones, elevar el rol y la autoridad de la Comisión de Control y Disciplina, unir de manera constante y en todos los casos, política y ética, dirección y línea de masas, centralismo y democracia. El hecho de que el VI Congreso se lleve a cabo diez años después de realizado el V Congreso, es un ejemplo negativo que no debe tolerarse en el futuro", dice la Resolución General del VI Congreso (Pág. 5).
También tuvo que ver en su origen de la Comisión de Control, la constatación del divorcio entre política y ética, discurso y conducta práctica, como expresión del formalismo impregnado en el Partido y que se expresa con mayor nitidez cuando se acceden a esferas de dirección o se participa en el Parlamento, los gobiernos locales y también en la conducción sindical. Por eso es que la Resolución General del VI congreso estableció que, "actitudes y comportamientos pragmáticos (utilitaristas); aprovechamiento con fines personales de espacios y relaciones que el Partido ha conquistado en la esfera oficial o en la organización de las masas; grupismo nucleado en torno de intereses específicos; autonomismo personal a que recurren no pocos camaradas una vez llegados a la función pública...; criterio abierto o velado de que al Partido se llega para sacar ventaja o "hacerse una carrera" ...; comportamientos sectarios que llevan a conductas liquidadoras, grupistas, a los métodos vedados de la intriga o la chismografía en lugar de la crítica franca y honesta para corregir los errores o resolver contradicciones entre la actividad pública y privada, etc; no son extraños en nuestras filas". Por eso es que el VI Congreso resolvió que "la dirección del Partido tiene al respecto una responsabilidad grande que no puede soslayar" y que "deben tomarse medidas y correctivos a la situación atendiendo al fortalecimiento del espíritu y actitud comunistas, al reforzamiento del partidismo, a la asunción estricta de la línea, programa y normas estatutarias. "De ahí que el Congreso concluyó que "tiene importancia especial fortalecer el papel de la Comisión de Control, su autoridad y su capacidad de acción". (Resolución General VI Congreso, Pág. 9).
Los Estatutos del Partido aprobados por el VI Congreso Nacional, en su Capítulo XII normó lo relacionado a la Comisión de Control y Disciplina, en sus Artículos 64, 65 y 66, señalan las atribuciones de la misma:
A) Promover la educación de los militantes con respecto a la aplicación de la disciplina y normas estatutarias.
B) Velar por el cumplimiento de los acuerdos congresales, los dispositivos estatutarios y la disciplina del Partido.
C) Estudiar los casos de infracción grave a la disciplina del Partido.
D) Recomendar las sanciones sobre los casos de infracción grave, así como abordar los problemas disciplinarios tomados por los organismos intermedios o de base. (Art. 65 de los Estatutos. VI Congreso Nacional).
El Asunto de la disciplina partidaria está contemplada en el Capítulo VIII, del artículo 36 al artículo 45. El desarrollo de este articulado y de las atribuciones de la Comisión estan contenidos en el Reglamento de la Comisión de Control y Disciplina del VI Congreso Nacional, aprobado en noviembre de 1994 y publicado en "Moral Revolucionaria” Nº 1. 1 de mayo de 1995.
2. EVALUACION DEL TRABAJO.
EL CONTROL PARTIDISTA
El Control partidista tiene fundamentalmente un carácter educativo y político. Sus objetivos son: a) establecer la correspondencia entre la actividad política realizada con las exigencias que provienen de los acuerdos, resoluciones, planes, normas y principios establecidos o acordados en las distintas instancias partidarias; b) Poner al descubierto los resultados de la actividad práctica del objeto materia de control y establecer las desviaciones producidas o las omisiones en relación con los objetivos planteados, señalando las vías para la superación de las deficiencias, dificultades y errores, ya sean de carácter objetivo o subjetivo que se manifiesten en el trabajo.
El Control es inherente a la dirección de toda actividad social. Toda actividad que se dirige según normas, programas, actividades y tareas, persigue el cumplimiento de objetivos. La tarea del control es contribuir al aseguramiento de su cumplimiento. No es posible dirigir si no se controla el cumplimiento de los acuerdos y resoluciones aprobados y de las tareas que de los mismos se deriven.
El control no es algo independiente del resto del trabajo partidista. El control verdadero es el que busca el perfeccionamiento de todo el trabajo partidista; es una parte integrante de toda la actividad del Partido. Las funciones de control corresponden a todos los organismos, desde la base hasta los organismos superiores de dirección. La comprobación permanente de la situación real de las cosas, es la forma fundamental de comprobar y controlar el cumplimiento de los estatutos, acuerdos, resoluciones, planes y tareas.
CARACTERISTICAS DEL CONTROL PARTIDISTA
1º El Control partidista debe ser preventivo. Su objetivo fundamental debe ser contribuir oportunamente a que no se cometan errores y a que se superen las deficiencias y las consecuencias que de ello se deriven.
2º El control debe ser sistemático. Es decir que no debe ser realizado por etapas o sólo en momento determinados, sino que el control se hace desde el momento de la toma de la decisión, hasta su cumplimiento definitivo.
3º Tiene carácter masivo en muchos de sus aspectos y formas. Esto significa que en la ejecución de las actividades de control, tienen participación todos los integrantes del Partido a través de diversas formas.
Según los Estatutos del VI Congreso del Partido, Capítulo II, sobre los Deberes y Derechos del Militante (Arts. 6 y 7), todo militante del Partido, individual y organizado en su instancia pertinente, participa en aspectos relacionados con actividades de control. El artículo 25 establece que "todo el partido basa su organización y funcionamiento en los principios fundamentales del centralismo democrático, la crítica y la autocrítica, la dirección colectiva y la responsabilidad individual, el ejercicio del control y la rendición de cuentas". En el capítulo VIII sobre "La Disciplina partidaria, estímulos, faltas y sanciones", se establecen pautas, normas y obligaciones que competen a toda la militancia. Por eso, su carácter masivo del control partidista.
4º Los resultados deben ser públicos. Las conclusiones de una acción de control se deben difundir, guardando las reservas del caso cuando la situación del Partido así lo exige.
5º Debe tener un fin y contenido educativo. Se debe procurar establecer una interrelación entre el control y el autocontrol, la crítica y la autocrítica, la disciplina y la autodisciplina partidista. El control partidista debe contribuir a formar la conciencia comunista de los militantes. Cuando se trata de aplicación de sanciones, éstas no debe buscar aniquilar a ningún militante, sino que debe servir para evitar que los mismos errores se repitan en otros militantes. La fuerza educadora del control partidista se expresa a través de la conciencia de cada miembro del Partido, y el autocontrol individual o colectivo es expresión del nivel de conciencia de cada comunista.
COMO ORGANIZAR EL CONTROL PARTIDISTA
A) Aspectos Generales:
Toda institución social, educativa, cultural o política, se traza objetivos y metas a alcanzar en un período determinado. Los encargados de darle concreción a tales aspiraciones, son sus dirigentes como cuerpo colectivo, quienes interactúan de la mejor manera para darle funcionalidad a su institución. Tal es el caso también de los Partidos políticos como el nuestro que tiene objetivos estratégicos definidos, cuyo logro será el resultado de lo que paso a paso vayamos haciendo desde hoy y estar preparados para cualquier contingencia. Para esto se requiere que nuestros dirigentes en todos sus niveles, deben estar persuadidos que la dialéctica del desarrollo social en cada etapa exige del individuo mayores requisitos: nivel de conocimientos, cultura, cualidades ideológicas y morales.
Nos estamos refiriendo a la dirección política entendida como ciencia y como arte pues "una de las causas fundamentales de la crisis del Partido está referida a la crisis de dirección", según señala con énfasis la Resolución General del VI Congreso, ya que se trata de "una manera de dirigir... que ha devenido en verdadero freno para el avance partidario". (ídem)
En el trabajo de dirección política, los dirigentes del Partido deben manejar cuatro criterios básicos que tienen que ver con la conducción partidaria: planeación, organización, ejecución y control.
La planeación (planificación) comprende la determinación de los objetivos, acciones y metas fundamentales de la actividad del partido para un período determinado, sobre la base del principio de partir de la realidad. Todos los dirigentes planifican, en diferentes grados, según su nivel, demostrando su capacidad de preveer y proyectar, de tomar decisiones y concretar en planes las tareas necesarias para la consecución de los objetivos previstos. Esta tarea debe realizarse colectivamente. La toma de decisiones parte del estudio y del análisis de la realidad y de las circunstancias que nos rodean.
La organización abarca la creación de una red de relaciones (de coordinación, subordinación, sucesión, compatibilidad, etc.) que aseguran la integridad del sistema, la correlación óptima entre sus componentes, las vías de enlace para que la información circule continuamente entre dirigentes y militantes. Con esta función el dirigente pone a prueba su capacidad para distribuir su tiempo y el de los militantes, determinando qué tareas cumplir y quiénes la harán; su capacidad de procesar rápidamente la información recibida; de darle un orden de prioridad a los problemas y resolverlos con diligencia. La esencia de este concepto radica en la capacidad para lograr los resultados adecuados por la vía más correcta y con el máximo ahorro de fuerzas, medios y tiempo.
El VI Congreso Nacional del Partido tuvo como uno de sus acuerdos importantes, el nombramiento de la Comisión Nacional de Control y Disciplina. Su origen tuvo que ver con la necesidad de institucionalizar la vida interna del Partido y poner fin al abandono y violación de las normas estatutarias lo cual había conducido a errores y deformaciones muy graves, desnaturalizando el centralismo democrático. Por eso es que "el Congreso asume como principio obligatorio para todos sus miembros, la unidad estrecha entre teoría y práctica, palabra y acción. Lo que se dice se hace; lo que se acuerda se cumple, sin privilegios para nadie.
Tal el contenido de la institucionalización de la vida interna del Partido, cuyo eje es el centralismo democrático correctamente asumido. Ello implica poner en pleno juego el Estatuto partidario y los Reglamentos, fortalecer el sistema de control en el cumplimiento de las decisiones, elevar el rol y la autoridad de la Comisión de Control y Disciplina, unir de manera constante y en todos los casos, política y ética, dirección y línea de masas, centralismo y democracia. El hecho de que el VI Congreso se lleve a cabo diez años después de realizado el V Congreso, es un ejemplo negativo que no debe tolerarse en el futuro", dice la Resolución General del VI Congreso (Pág. 5).
También tuvo que ver en su origen de la Comisión de Control, la constatación del divorcio entre política y ética, discurso y conducta práctica, como expresión del formalismo impregnado en el Partido y que se expresa con mayor nitidez cuando se acceden a esferas de dirección o se participa en el Parlamento, los gobiernos locales y también en la conducción sindical. Por eso es que la Resolución General del VI congreso estableció que, "actitudes y comportamientos pragmáticos (utilitaristas); aprovechamiento con fines personales de espacios y relaciones que el Partido ha conquistado en la esfera oficial o en la organización de las masas; grupismo nucleado en torno de intereses específicos; autonomismo personal a que recurren no pocos camaradas una vez llegados a la función pública...; criterio abierto o velado de que al Partido se llega para sacar ventaja o "hacerse una carrera" ...; comportamientos sectarios que llevan a conductas liquidadoras, grupistas, a los métodos vedados de la intriga o la chismografía en lugar de la crítica franca y honesta para corregir los errores o resolver contradicciones entre la actividad pública y privada, etc; no son extraños en nuestras filas". Por eso es que el VI Congreso resolvió que "la dirección del Partido tiene al respecto una responsabilidad grande que no puede soslayar" y que "deben tomarse medidas y correctivos a la situación atendiendo al fortalecimiento del espíritu y actitud comunistas, al reforzamiento del partidismo, a la asunción estricta de la línea, programa y normas estatutarias. "De ahí que el Congreso concluyó que "tiene importancia especial fortalecer el papel de la Comisión de Control, su autoridad y su capacidad de acción". (Resolución General VI Congreso, Pág. 9).
Los Estatutos del Partido aprobados por el VI Congreso Nacional, en su Capítulo XII normó lo relacionado a la Comisión de Control y Disciplina, en sus Artículos 64, 65 y 66, señalan las atribuciones de la misma:
A) Promover la educación de los militantes con respecto a la aplicación de la disciplina y normas estatutarias.
B) Velar por el cumplimiento de los acuerdos congresales, los dispositivos estatutarios y la disciplina del Partido.
C) Estudiar los casos de infracción grave a la disciplina del Partido.
D) Recomendar las sanciones sobre los casos de infracción grave, así como abordar los problemas disciplinarios tomados por los organismos intermedios o de base. (Art. 65 de los Estatutos. VI Congreso Nacional).
El Asunto de la disciplina partidaria está contemplada en el Capítulo VIII, del artículo 36 al artículo 45. El desarrollo de este articulado y de las atribuciones de la Comisión estan contenidos en el Reglamento de la Comisión de Control y Disciplina del VI Congreso Nacional, aprobado en noviembre de 1994 y publicado en "Moral Revolucionaria” Nº 1. 1 de mayo de 1995.
2. EVALUACION DEL TRABAJO.
EL CONTROL PARTIDISTA
El Control partidista tiene fundamentalmente un carácter educativo y político. Sus objetivos son: a) establecer la correspondencia entre la actividad política realizada con las exigencias que provienen de los acuerdos, resoluciones, planes, normas y principios establecidos o acordados en las distintas instancias partidarias; b) Poner al descubierto los resultados de la actividad práctica del objeto materia de control y establecer las desviaciones producidas o las omisiones en relación con los objetivos planteados, señalando las vías para la superación de las deficiencias, dificultades y errores, ya sean de carácter objetivo o subjetivo que se manifiesten en el trabajo.
El Control es inherente a la dirección de toda actividad social. Toda actividad que se dirige según normas, programas, actividades y tareas, persigue el cumplimiento de objetivos. La tarea del control es contribuir al aseguramiento de su cumplimiento. No es posible dirigir si no se controla el cumplimiento de los acuerdos y resoluciones aprobados y de las tareas que de los mismos se deriven.
El control no es algo independiente del resto del trabajo partidista. El control verdadero es el que busca el perfeccionamiento de todo el trabajo partidista; es una parte integrante de toda la actividad del Partido. Las funciones de control corresponden a todos los organismos, desde la base hasta los organismos superiores de dirección. La comprobación permanente de la situación real de las cosas, es la forma fundamental de comprobar y controlar el cumplimiento de los estatutos, acuerdos, resoluciones, planes y tareas.
CARACTERISTICAS DEL CONTROL PARTIDISTA
1º El Control partidista debe ser preventivo. Su objetivo fundamental debe ser contribuir oportunamente a que no se cometan errores y a que se superen las deficiencias y las consecuencias que de ello se deriven.
2º El control debe ser sistemático. Es decir que no debe ser realizado por etapas o sólo en momento determinados, sino que el control se hace desde el momento de la toma de la decisión, hasta su cumplimiento definitivo.
3º Tiene carácter masivo en muchos de sus aspectos y formas. Esto significa que en la ejecución de las actividades de control, tienen participación todos los integrantes del Partido a través de diversas formas.
Según los Estatutos del VI Congreso del Partido, Capítulo II, sobre los Deberes y Derechos del Militante (Arts. 6 y 7), todo militante del Partido, individual y organizado en su instancia pertinente, participa en aspectos relacionados con actividades de control. El artículo 25 establece que "todo el partido basa su organización y funcionamiento en los principios fundamentales del centralismo democrático, la crítica y la autocrítica, la dirección colectiva y la responsabilidad individual, el ejercicio del control y la rendición de cuentas". En el capítulo VIII sobre "La Disciplina partidaria, estímulos, faltas y sanciones", se establecen pautas, normas y obligaciones que competen a toda la militancia. Por eso, su carácter masivo del control partidista.
4º Los resultados deben ser públicos. Las conclusiones de una acción de control se deben difundir, guardando las reservas del caso cuando la situación del Partido así lo exige.
5º Debe tener un fin y contenido educativo. Se debe procurar establecer una interrelación entre el control y el autocontrol, la crítica y la autocrítica, la disciplina y la autodisciplina partidista. El control partidista debe contribuir a formar la conciencia comunista de los militantes. Cuando se trata de aplicación de sanciones, éstas no debe buscar aniquilar a ningún militante, sino que debe servir para evitar que los mismos errores se repitan en otros militantes. La fuerza educadora del control partidista se expresa a través de la conciencia de cada miembro del Partido, y el autocontrol individual o colectivo es expresión del nivel de conciencia de cada comunista.
COMO ORGANIZAR EL CONTROL PARTIDISTA
A) Aspectos Generales:
Toda institución social, educativa, cultural o política, se traza objetivos y metas a alcanzar en un período determinado. Los encargados de darle concreción a tales aspiraciones, son sus dirigentes como cuerpo colectivo, quienes interactúan de la mejor manera para darle funcionalidad a su institución. Tal es el caso también de los Partidos políticos como el nuestro que tiene objetivos estratégicos definidos, cuyo logro será el resultado de lo que paso a paso vayamos haciendo desde hoy y estar preparados para cualquier contingencia. Para esto se requiere que nuestros dirigentes en todos sus niveles, deben estar persuadidos que la dialéctica del desarrollo social en cada etapa exige del individuo mayores requisitos: nivel de conocimientos, cultura, cualidades ideológicas y morales.
Nos estamos refiriendo a la dirección política entendida como ciencia y como arte pues "una de las causas fundamentales de la crisis del Partido está referida a la crisis de dirección", según señala con énfasis la Resolución General del VI Congreso, ya que se trata de "una manera de dirigir... que ha devenido en verdadero freno para el avance partidario". (ídem)
En el trabajo de dirección política, los dirigentes del Partido deben manejar cuatro criterios básicos que tienen que ver con la conducción partidaria: planeación, organización, ejecución y control.
La planeación (planificación) comprende la determinación de los objetivos, acciones y metas fundamentales de la actividad del partido para un período determinado, sobre la base del principio de partir de la realidad. Todos los dirigentes planifican, en diferentes grados, según su nivel, demostrando su capacidad de preveer y proyectar, de tomar decisiones y concretar en planes las tareas necesarias para la consecución de los objetivos previstos. Esta tarea debe realizarse colectivamente. La toma de decisiones parte del estudio y del análisis de la realidad y de las circunstancias que nos rodean.
La organización abarca la creación de una red de relaciones (de coordinación, subordinación, sucesión, compatibilidad, etc.) que aseguran la integridad del sistema, la correlación óptima entre sus componentes, las vías de enlace para que la información circule continuamente entre dirigentes y militantes. Con esta función el dirigente pone a prueba su capacidad para distribuir su tiempo y el de los militantes, determinando qué tareas cumplir y quiénes la harán; su capacidad de procesar rápidamente la información recibida; de darle un orden de prioridad a los problemas y resolverlos con diligencia. La esencia de este concepto radica en la capacidad para lograr los resultados adecuados por la vía más correcta y con el máximo ahorro de fuerzas, medios y tiempo.
La ejecución y motivación tiene que ver con la realización de las tareas. Es la parte práctica del trabajo político y la que se muestra hacia afuera. Es la que pone de manifiesto el accionar del Partido en sus diversas instancias y áreas de trabajo. Este trabajo requiere que los militantes estén debidamente motivados con el ejemplo de sus dirigentes. Esta motivación puede ser positiva o negativa. Es positiva cuando los dirigentes son los primeros en la ejecución de las tareas; son negativos, cuando los dirigentes caen en el burocratismo y la rutina.
El Control, es la función mediante la cual el dirigente determina si la actividad realizada o en proceso de ejecución se efectuó o se efectúa de acuerdo con lo planificado, con lo cual contribuye a la elevación de la eficiencia del trabajo y a la educación del colectivo.
Con esta función el dirigente pone a prueba, tanto su capacidad para velar por el cumplimiento de las tareas asignadas a los militantes, como por el cumplimiento de las suyas, pero también su capacidad para lograr que cada miembro del colectivo participe en el control de su propio trabajo y en el de todos los demás miembros. Pone a prueba también su capacidad para ser receptivo a la exigencia de los militantes, de la misma manera que lo es ante la exigencia de las instancias superiores.
El control proporciona al dirigente los elementos necesarios para establecer una justa valoración de las actitudes, la conducta y de los resultados del trabajo de cada uno de los militantes y hacer uso adecuado de los mecanismos de la emulación.
Para controlar o verificar la ejecución de las decisiones adoptadas se deben tener en cuenta los siguientes métodos:
a) No juzgar por las promesas sino por los resultados del trabajo realizado.
b) No juzgar por el plan en el papel elaborado sino por la realidad: hay que constatar si se ha cumplido en la práctica o se ha hecho para cubrir las apariencias. No confiar sólo en los informes; hay que verificar lo que se dice haber hecho.
c) Priorizar el contenido y no sólo el aspecto formal y ver si una decisión ha sido ejecutada de manera correcta o si ha sido tergiversada.
d) Efectuar la verificación no sólo de arriba abajo, sino también viceversa.
e) Efectuar el control de manera sistemática y constante.
f) Participación personal de los propios dirigentes.
LA DISCIPLINA PARTIDISTA
"El Cumplimiento de la disciplina es una obligación ineludible para todo miembro del Partido. La disciplina debe ser consciente, resultado de la libre emisión y discusión de opiniones y debe ser asegurada con un adecuado control y rendición de cuentas de las tareas" (Art. 36 de los Estatutos del VI Congreso del Partido).
¿Qué es la disciplina? La disciplina es una institución partidaria (entendida como sistema de relaciones) que tiene que ver con la estructuración de las relaciones de autoridad, la que a su vez comprende: el poder, la dependencia y la responsabilidad.
El poder es la capacidad de hacer algo. Dentro de las organizaciones partidarias, esta capacidad la representa la influencia que ejerce una persona sobre los demás. El poder de una persona es medido por la capacidad que tiene de hacer que las otras personas hagan lo que uno desee, dentro de los acuerdos, directivas y normas partidarias. El grado en que un dirigente puede impactar sobre los objetivos del Partido y la forma como se persiguen, estará determinado por su poder.
El poder y la autoridad. Comparada con el poder, la autoridad representa un derecho de la organización para hacer algo basado en el puesto que un dirigente posee. Como Secretario General del partido, éste tendrá el derecho de vigilar las actividades de los integrantes de éste (del Comité Central y del Buró Político, por ejemplo). Como responsable de una Comisión Nacional o de un Comité Regional, el dirigente habrá de poseer el derecho de supervisar a los miembros de su Comisión o Comité, respectivamente, y podrán exigir cierto nivel de actuación o de resultados. En el Caso de la Comisión de Control y Disciplina, su autoridad se basa en las atribuciones que le confirió el VI Congreso Nacional.
Pero la autoridad no se impone con el rigor; la disciplina basada en la brusquedad es disciplina falsa y no puede ser sólida, puesto que es ajena a la confianza. La brusquedad y la desatención no sólo son perjudiciales por que impiden que el colectivo trabaje y actúe normalmente, sino que dan lugar a que las personas se sientan, con razón, descontentos de ciertos dirigentes autoritarios.
Ligado al concepto de autoridad está la obediencia. La obediencia ligada a sentimientos de respeto, de simpatía política, de fidelidad y de lealtad partidaria, es una de las más valiosas; es intensa y duradera. Una forma totalmente distinta es la obediencia movida por cálculo. Se trata de individuos oportunistas que por interés personal, se muestran sumisos, complacientes, aduladores, y tratan de agradar para obtener por estos medios alguna ventaja, aunque en el fuero interno piensen de un modo totalmente opuesto. Es una traición a sus propias convicciones.
Por responsabilidad, se entiende la aceptación de una persona de sus propias obligaciones y deberes y esta percepción de responsabilidad habrá de estar ligada a la personalidad del individuo.
La dependencia, implica que una persona responda de sus actos ante otra. Significa rendir cuentas ante su responsable, pero en ocasiones podrá significar la explicación de su comportamiento ante el líder de su partido o ante otro dirigente envestido de jerarquía y poder.
"La disciplina es la asimilación y aceptación consciente y lúcida de las directivas a ejecutar y no la aceptación pasiva, mecánica, carente de razón y opinión" dice el artículo 21 del Estatuto del Partido, al referirse al centralismo democrático. Luego agrega, "La disciplina así entendida y practicada, no anula la personalidad, la iniciativa ni la libertad, más bien las canaliza en función de los lineamientos partidarios y cierra el paso al anarquismo irresponsable y ajeno a todo cauce orgánico. Sólo con una disciplina proletaria, única e igual para todos será posible alcanzar la unidad de voluntad en el Partido, incompatible con la existencia de fracciones".
El tema de la disciplina partidaria no ha sido desarrollado con mayor intensidad, a pesar del esfuerzo inicial de la Comisión de Control. Pero no es un tema aislado; está en íntima relación con los Siete grandes problemas del Partido que abordó el X Pleno del Comité Central en noviembre de 1998. El problema fundamental para el caso de la disciplina partidaria está relacionado concretamente con la "debilidad en el ejercicio del centralismo democrático, el sistema de comités y el uso racional de los cuadros, en lo organizativo" que tiene su base en el espontaneísmo y empirismo en lo ideológico.
El VII Congreso del Partido debe asumir y encarar con convicción la solución a estos problemas; caso contrario, el Partido no avanzará significativamente.
POLITICA DE SANCIONES
La política de sanciones en particular está orientada a exigir responsabilidad a los militantes que incumplan sus deberes que se establecen en el artículo 6 de los Estatutos, así como a quienes desempeñan la labor de dirección.
La política de sanciones está basada en la necesidad de garantizar la calidad y pureza del partido, para lo cual no debemos ser ni tolerantes ni implacables.
No podemos ser tolerantes con los errores y defectos, con las faltas y las violaciones de las normas establecidas, porque el partido perdería su fuerza, su calidad de destacamento y vanguardia y los militantes se corromperían. No podemos ser implacables con los que cometen faltas y errores, porque entonces destruiríamos a los hombres.
La política de sanciones del Partido, inspirada en estas ideas, concibe las sanciones con un criterio formativo, educativo. Se trata de hacer comprender las causas y la índole de los errores y faltas cometidas, de modo que no se reincida en ellas. También contempla sanciones que excluyen del partido a quienes violen la línea política del Partido y otras faltas cuya gravedad ameritan la expulsión.
El articulo 39 de los Estatutos establece las faltas por las que será sancionado disciplinariamente el militante, y el artículo 41 estipula que "las sanciones disciplinarias se aplicarán según la gravedad de las faltas y el grado de responsabilidad del militante. Ellas son: a) Amonestación; b) Amonestación severa con conocimiento de todo Partido; c) Destitución del cargo que ocupa en el partido con pérdida del derecho a elegir y ser elegido; d) Suspensión de sus derechos por tiempo determinado; e) Suspensión de la militancia; f) Expulsión de las filas del partido con conocimiento de las masas; g) Otras sanciones revolucionarias.
3. EVALUACION CONCRETA:
A) Primera Etapa: El trabajo inicial: 1994 - 1995
Justo es reconocer que la Comisión de Control empezó sin experiencia en este campo. Hubo una etapa de aprendizaje sobre el control partidista sobrepasando la dificultad de fuentes bibliográficas y sobretodo de experiencias específicas. Un primer paso significativo fue la elaboración del Reglamento de la Comisión de Control en el que se especificó las atribuciones de la Comisión en sus cuatro áreas de trabajo:
a) Respecto a la educación de los militantes; b) Sobre el cumplimiento de los acuerdos congresales, los dispositivos estatutarios y la disciplina del Partido; c) Respecto a los casos de infracción grave a la disciplina del Partido y d) Respecto a las recomendaciones de sanciones.
Es un valioso instrumento que lamentablemente no fue usado a plenitud. Hubo trabas, barreras y bloqueos para su aplicación. No fue asumido por el conjunto del Partido. Debe ser sometido a evaluación y constatación con la realidad, para superar las limitaciones y hacerlo operativo.
Preocupados por el qué hacer, la Comisión realizó estudios teóricos sobre el control partidista partiendo de la realidad del Partido y se llegó a definir el Control partidista y a precisar sus cinco características anotadas en la primera parte de este documento.
Asumiendo la importancia de la prensa y la labor informativa iniciamos la publicación de nuestro boletín MORAL REVOLUCIONARIA, cuyo primer número apareció en mayo de 1995 y el Nº 2 en noviembre del mismo año.
Corresponde a esta primera etapa, los primeros pasos en el tema de la disciplina partidaria, con relación a la aplicación de sanciones. Vimos un caso pendiente del V Congreso referente a la solución definitiva sobre la solicitud de reconsideración de Santiago Chávez, ex miembro del anterior Comité Central que había sido expulsado del Partido. Con Resolución Nº 01-95-CC y D aprobada por el IV Pleno del Comité Central en junio de 1995, se resolvió "No haber lugar a la solicitud de reconsideración de la resolución de expulsión de las filas del Partido del dirigente del C.C. Santiago Chávez". El caso quedó cerrado. (Ref. Moral Revolucionaria Nº 2).
Con la Resolución Nº 02-95-CC y D, aprobada por el IV Pleno del C.C. sobre la participación en el proceso electoral de abril de 1995, la Comisión Nacional de Control hizo un llamado a "asumir autocríticamente la responsabilidad política que le corresponde a cada uno de los organismos de la dirección nacional, por haber actuado al margen de la táctica, del Estatuto, Directivas y Resoluciones que normaron la actividad del Partido en el proceso electoral del 9 de abril del año en curso" (1995). También corresponde una "severa amonestación a los cc. que fueron candidatos a congresistas en las elecciones de 9 de abril (1995) que actuaron al margen de la táctica del Partido, realizaron campañas individuales y a quienes violaron los acuerdos del III Pleno; de manera particular, los casos específicos de los cc. candidatos de Ancash y Andahuaylas, así como del c. Alcalde de Barranca.
Mediante la misma Resolución, el IV Pleno del C.C. (Junio 1995) acordó "Hacer un llamado a toda la militancia del Partido a emular la actitud política y el espíritu partidista de los cc. del Comité Local "Surco Rojo" (Moral Revolucionaria Nº 2).
B) Etapa de afirmación: (1996 - 1997)
La Comisión de Control fue perseverante en la exigencia de la presentación de planes, sobre todo del Comité Central y sus respectivas Comisiones; del mismo modo también fue exigente en la evaluación de dichos planes. Lo que empezó entre 1993-94 se afianzó con las presentaciones de planes para cada año lectivo, así como el primer plan cuatrianual. Pero la sola presentación de planes no asegura la eficiencia ni la eficacia en el trabajo. Se requiere la organización del mismo, la ejecución de las actividades y tareas y la evaluación del trabajo.
Se ha logrado la determinación del control partidista en dos áreas interrelacionadas: A) El Control como parte del sistema de dirección en todo el Partido; B) El control específico que corresponde a la Comisión de Control y Disciplina (Art. 65 de los Estatutos).
En Moral Revolucionaria Nº 3 (abril 96) se avanzó en la sistematización del Control partidista y sobre la disciplina partidaria. Es importante también el señalamiento del perfil de los miembros de las Comisiones Regionales de Control, cuyas características deben ser: a) Nivel de conciencia política; b) Madurez ideológica; c) Disciplina y responsabilidad; d) Cualidades morales: honradez, honestidad, sinceridad, modestia y sencillez; e) Tenacidad, energía, decisión; f) Capacidad de persuasión; g) Disposición para el estudio y la superación; h) Nivel de autoridad alcanzada en las filas del Partido por su práctica y mística revolucionaria.
Pero no basta la orientación general. Debió establecerse un mayor acercamiento a los Comités Regionales para ayudarlos a resolver sus problemas, y a recoger la propia experiencia de las bases. Esta es una limitación que deberá superar la nueva Comisión de Control, sobre lo ya avanzado.
CAMPAÑA NACIONAL: HACIA EL FORTALECIMIENTO DE LA MORAL COMUNISTA
Con el Nº 5 de MORAL REVOLUCIONARIA, en Julio de 1997 la Comisión Nacional de Control lanzó la Campaña Nacional HACIA EL FORTALECIMIENTO DE LA MORAL COMUNISTA con los siguientes objetivos.
1º Generar un movimiento de toma de conciencia para ubicar al Partido en el centro de la preocupación y atención de los dirigentes, cuadros y militantes, en tanto fuerza promotora, impulsora, organizadora y dirigente de la lucha por la revolución social, y en tanto organización que empieza a prefigurar en sus actitudes, métodos y estilos, los elementos nuevos que configuran la futura sociedad socialista.
2º Revalorar el papel del Partido y el honroso título de comunistas que nos corresponde, combatiendo la presencia de concepciones y prácticas liberal-burguesas, haciendo esfuerzos para asumir el espíritu partidista como norma de vida.
3º Motivar al partido en su conjunto, a prestar atención a las causas que dificultan e impiden salir de la crisis partidaria, emprendiendo un debate serio, una lucha ideológica donde teoría y práctica, crítica y autocrítica, iniciativa y disciplina, palabra y acción, democracia y centralismo, estén presentes e interrelacionados.
4º Propiciar la toma de conciencia en el partido para la comprensión y asimilación del significado y la importancia de la moral comunista, motivando el cambio de actitud en los militantes del Partido hacia la asunción de los principios, los valores, los métodos y estilos comunistas.
Con el respectivo Plan específico y el material de estudio correspondiente, se hizo de conocimiento de las bases del partido, esta Campaña. Conforman dicho material los siguientes temas: Marco teórico para el estudio de la Moral Comunista, Importancia de las Células Comunistas, ¿Qué es ser Militante Comunista?, Unir la Teoría y la Práctica, sobre el Autosostenimiento y, Principios Básicos de la Moral Comunista.
El lanzamiento de esta Campaña fue muy importante, pero tuvo serias limitaciones en la práctica. La Comisión de Control no tuvo la capacidad suficiente para comprometer a todo el Partido en esta tarea nacional. Sóla fue aceptada formalmente, más no hubo el esfuerzo necesario para su efectiva realización. No obstante la permanente insistencia de la Comisión para que sea asumida por todo el Partido, hubo trabas y barreras que dificultaron su implementación. Ni el Comité Central ni el Buró Político del mismo hicieron los esfuerzos suficientes para asumirla. La incomprensión de su importancia, hizo que apareciera como una tarea aislada de la Comisión de Control y no como una tarea de todo el Partido. Sin embargo es una importante experiencia que debe ser evaluada para su relanzamiento.
I REUNION NACIONAL DE CUADROS DE CONTROL
En setiembre de 1997 se llevó a cabo la Primera Reunión Nacional de Cuadros de control con asistencia del Secretario General del Partido, evento que fue calificado por los asistentes como muy importante por la franqueza con la que se trataron los problemas del Partido en lo referente al control y disciplina partidaria. Se trataron temas importantes como: el control partidista, la modificación del Reglamento de la Comisión de Control y las Orientaciones especificas para el control partidista.
Entre las principales conclusiones mencionamos las siguientes:
1º La incomprensión de los problemas de dirección, sobre todo lo relacionado a como ejercer una real dirección, tema que debía ser preocupación del Comité Central, pues si no se resuelven los problemas del partido no se resolverán los demás problemas. La base está en el funcionamiento del Sistema de Comités sólidos.
2º Todos los dirigentes deben tener conciencia de lo que significa ser dirigente en los hechos y no sólo de palabra. Muchos cuadros y dirigentes no sienten al Partido como el centro de sus preocupaciones.
3º La importancia de la Comisión de Control debe estar reflejada en su responsabilidad ética y en su contribución a fortalecer la autoridad de los organismos del Partido. Ayudar a lograr la estabilidad en el Partido.
4º La Comisión de Control debe contribuir a la institucionalización de la vida del Partido; es decir el establecimiento de la legalidad en el Partido; la importancia de los Estatutos del Partido es fundamental.
5º Se debe avanzar en la organización del Sistema de Control.
6º Profundizar la educación de los militantes para el cumplimiento de las normas estatutarias y la disciplina del partido.
7º Resolver los casos pendientes de infracción a la disciplina partidaria y recomendar las sanciones sobre las mismas.
8º Realizar reuniones de estudio sobre el Sistema de Dirección, Centralismo democrático y del Estatuto del Partido.
C) Etapa de Limitaciones
Hasta la publicación de Moral revolucionaria Nº 6, en julio de 1998 se pudo sentir la presencia de la Comisión de Control en la militancia del partido. Las limitaciones económicas del Partido, la no insistencia para el desembolso de las partidas correspondientes, según el presupuesto aprobado en los respectivos plenos, y, la subestimación del trabajo de control partidista, motivaron la suspensión de la publicación de los números siguientes del Boletín de la Comisión, a pesar de tener los materiales temáticos. Entre julio de 1998 y 1999 deberían haberse publicado los números 7 y 8 y durante el presente año ya debía estar en circulación el último número. En el presente año hemos solicitado oportunamente la partida correspondiente, pero la Comisión no fue atendida. Por supuesto que no desmerecemos las otras áreas de trabajo que el partido priorizó; pero es necesario informar esta anómala situación que ha trabado nuestro trabajo.
Sin embargo, a lo interno, al Comisión ha continuado su labor, centrada en la solución de los casos pendientes sobre infracción a la disciplina del Partido; pero aún así reconocemos autocríticamente que se deja sentir la presencia de la Comisión hacia la militancia.
El cambio de domicilio del Presidente de la Comisión para residir en forma permanente en el norte, dificultó aún más el trabajo, pues se debilitó el enlace con el Buró Político y la asistencia regular a sus sesiones, siendo ésta eventual, ya que no fue convocado con regularidad. Pero el desplazamiento del Presidente, no invalidó su trabajo político; por el contrario, fue asimilado para el trabajo partidario en otros frentes, junto a otro miembro de la Comisión de Control; su disposición para el trabajo partidario fue total, siempre al servicio del Partido. Su labor será materia de evaluación del respectivo Comité Regional (C.R. "César Vallejo").
CUMPLIMIENTO DEL MANDATO ESTATUTARIO
A. En relación a la promoción de la educación de los militantes con respecto a la aplicación de la disciplina y normas estatutarias, la Comisión se interesó por este asunto, a través del Boletín Moral Revolucionaria en sus 6 ediciones, trípticos, Directivas y orientaciones. Se insistió en forma permanente en el estudio del ESTATUTO del Partido en forma integral. Se orientó para que en todas las Escuelas del partido, en sus distintas instancias, se tratara dicho asunto; pero no hubo el seguimiento del caso. Hay limitaciones en este aspecto.
B. Respecto al control del cumplimiento de los acuerdos y resoluciones congresales, de los Plenos del Comité Central, eventos nacionales, planes de trabajo del C.C. y sus respectivas Secretarías:
• Ha sido preocupación de la Comisión de Control que todos los organismos del Partido elaboren sus Planes de Trabajo, así como aseguraran la organización y ejecución de las actividades y tareas planificadas. En sucesivos eventos del partido hemos reiterado esta necesidad; incluso hemos sido muy críticos sobre las responsabilidades individuales de los miembros del Comité Central, sobre todo de aquellos dirigentes que sólo asisten a los eventos, pero no se sabe nada de su actividad concreta como miembro de la Dirección Nacional. La Comisión ha sido exigente en asegurar una difusión oportuna de los acuerdos y resoluciones de los eventos. Así por ejemplo, se insistió reiterativamente para la publicación de los Acuerdos del VI Congreso Nacional. Los Estatutos fueron publicados en diciembre de 1994 y la Resolución General, se publicó en abril de 1995. No se publicaron, los demás documentos. Esta experiencia no debe repetirse.
• También la Comisión fue exigente con la aprobación del reglamento de los Estatutos, situación anómala que debe ser resuelta oportunamente.
• Se ha sido insistente en la Convocatoria al VII Congreso Nacional del Partido, en los plazos estatutarios. De esto hay constancia en el B.P. y de manera particular en "Moral Revolucionaria Nº 6 (Julio 1998) en el que reproducimos las 12 grandes tareas del VI Congreso (Resolución General).
• En 1998 se abordó con fuerza el tema de la disciplina partidaria. Se publicó el tríptico: EL CUMPLIMIENTO DE LA DISCIPLINA: Obligación ineludible para todo miembro del Partido, con el objetivo de llamar a la reflexión a la militancia sobre este asunto tan importante para el Partido. La situación de crisis del partido y el poco interés de los organismos centrales de dirección, no permitieron avanzar significativamente.
C. En cuanto a los casos de infracción grave a disciplina del Partido, la comisión ha hecho el esfuerzo necesario para el tratamiento de los casos correspondientes. Dejamos constancia que recibimos casos pendientes del anterior Comité Central, los cuales han sido resueltos. Los casos graves del período post VI Congreso han sido resueltos con recomendaciones de sanciones que los sucesivos Plenos del Comité Central determinaron.
Reconocemos autocríticamente que la lentitud fue una constante en este campo, porque son asuntos sumamente complejos que requieren un tratamiento especializado. Precisamos y descartamos cualquier interpretación subjetiva, como la opinión de que no hemos querido ver estos casos. Los hemos tratado, pero su complejidad ha limitado nuestro trabajo, lo que se agrava por la falta de los medios necesarios.
Comprendemos que la militancia ve la eficacia de la Comisión por los resultados en materia disciplinaria, sobre todo, lo referido a sanciones. "Si no hay sanciones, entonces la Comisión de Control no vale", es el razonamiento de algunos camaradas. Nos explicamos esta actitud, pero consideramos que es una apreciación unilateral del trabajo de control como función específica de nuestra Comisión. Es necesario avanzar la hacia comprensión integral de la labor de control partidista. Sin embargo, reconocemos que en materia disciplinaria y sobre todo en el aspecto de investigación de casos de infracción a los Estatutos en materia disciplinaria, tenemos serias limitaciones.
BALANCE DEL TRABAJO
Es necesario distinguir las atribuciones de la Comisión divididas en dos áreas; una está referida al control específico del cumplimiento de los acuerdos congresales, planes de trabajo, eventos nacionales, Estatutos del partido, etc. El segundo aspecto se refiere a la disciplina del Partido y, dentro de este campo está el asunto coercitivo; es decir la aplicación de sanciones, cuando el caso lo requiere, según los artículos 39 y 41 de los Estatutos del VI Congreso Nacional.
Ha habido avances relativos en la primera área, destacando el aspecto preventivo, educativo y de orientación. Es deficitario aún el trabajo en materia disciplinaria, porque no contamos todavía con los instrumentos específicos, además de la complejidad de la materia.
El Saldo es positivo, más allá de las limitaciones. Fue un acierto el nombramiento de la Comisión de Control por el VI Congreso Nacional del Partido. El Boletín Moral Revolucionaria ha sido un acierto. Su contenido es de actualidad; la temática debió merecer mejor atención por todos los organismos partidarios. Hubo una percepción unilateral por parte de la dirección del partido, incluso, subestimación. Esto constituye una traba para el trabajo. Sin embargo, las semillas están sembradas.
Han sido limitaciones o barreras para un mejor trabajo los siguientes hechos: incomprensión de la función de control por la dirección del partido, la falta de recursos y de infraestructura, falta de normatividad específica, no hay parámetros para la aplicación de sanciones; también, las pocas reuniones nacionales, poco contacto con las bases. la falta de compenetración con el trabajo propio de control; la actitud pusilánime de la Comisión frente a algunos casos, en materia disciplinaria. Como resultado de todo ELLO NO SE HA LOGRADO ESTABLECER
EL SISTEMA NACIONAL DE CONTROL.
La Comisión de Control ha debido obtener mayores logros. Consideramos que quienes hemos fallado somos sus integrantes. Asumimos autocríticamente esta responsabilidad y particularmente el Presidente de la Comisión. Hay un hecho que influye negativamente en el trabajo. Se trata de la dispersión geográfica de sus miembros; experiencia que hay que asumirla para que nos sirva de lección. Otro hecho que impide un mejor trabajo de control es la no consolidación de las Comisiones Regionales de Control.
También está el hecho de la falta de un sistema permanente de retroalimentación, para lo cual se necesita contar con un soporte de información oportuno, veraz y eficiente.
De la correcta valoración de los aspectos positivos así como de las limitaciones mostradas en nuestro trabajo, el Congreso Nacional del partido ha de sacar las mejores lecciones para perfeccionar el trabajo de control partidista, tanto como parte del sistema de dirección, así como en lo referente a las funciones especificas de la Comisión de Control.
Camaradas asistentes al VII Congreso Nacional de Partido:
Ponemos a consideración del magno evento partidario este modesto trabajo que ha sentado las bases para mejorar el control partidista. Pusimos lo mejor de nuestro empeño, pero aún así nos autocriticamos. Ponemos nuestros cargos a disposición del Congreso y de manera particular, la Presidencia expresa su firme y claro deseo de no continuar en la Comisión de Control. Pienso que puedo realizar un trabajo más efectivo en otra área, si es que el Partido así lo decide, o si no, continuaré modestamente desde mi base.
Camaradas:
Hemos ingresado a un período de confrontación política muy serio contra la dictadura instalada fraudulentamente para un tercer período consecutivo, y con el modelo neoliberal. Seamos capaces de seguir el ejemplo de José Carlos Mariátegui, quien causa admiración por la majestad de su conducta social; porque es ésta, el nervio conductor de su extraordinaria personalidad humana en el Perú, respaldando a su orientación doctrinaria marxista - leninista.
Perú, Noviembre del 2000
Edición 2005
COMISIÓN NACIONAL DE CONTROL Y DISCIPLINA
VI CONGRESO NACIONAL
PC del P. - P.R.
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Edición Reservada para Uso Institucional
Partido Comunista del Perú
(Patria Roja)
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