martes, 8 de enero de 2008

PC DE ARGENTINA SUPLEMENTO 90 ANIVERSARIO VÍCTOR KOT Y PATRICIO ECHEGARAY

Los noventa años de lucha del partido

El secretario General del PC y su secretario Adjunto, realizan un recorrido por los distintos momentos que transitó el Partido. El compromiso con la lucha popular, la formación y consolidación del movimiento obrero, los sindicatos y organizaciones sociales. Éstos fueron diseñando un perfil que, en nuestros días, pone al Partido ante la necesidad de desplegar su línea de construcción de una alternativa política en la Argentina, en consonancia con la auspiciosa situación que vive nuestra región.

VÍCTOR KOT Y PATRICIO ECHEGARAY

Los noventa años de lucha del partido

El secretario General del PC y su secretario Adjunto, realizan un recorrido por los distintos momentos que transitó el Partido. El compromiso con la lucha popular, la formación y consolidación del movimiento obrero, los sindicatos y organizaciones sociales. Éstos fueron diseñando un perfil que, en nuestros días, pone al Partido ante la necesidad de desplegar su línea de construcción de una alternativa política en la Argentina, en consonancia con la auspiciosa situación que vive nuestra región.

-¿Qué valoración debemos hacer los comunistas de este nuevo aniversario del Partido?
Patricio Echegaray: Que un partido cumpla 90 años, más aún, en un momento en el que se verifica en el país una crisis de representación política, es importante. Los partidos que manejaron la política durante el siglo 20 -el militar, el justicialista y el radical- están sujetos a una crisis que en el presente siglo debe contextualizarse en el proceso por el que las clases que ejercen el gobierno y el poder se proponen avanzar hacia un nuevo sistema caracterizado por un orden en el que los principales actores serían la derecha y el centro.Hay que reconocer distintos momentos políticos en la vida del Partido: el de la fundación vinculado a la Primera Internacional, a Marx y Engels; luego el proceso de debate que se abre en el Partido Socialista inherente a sus éxitos electorales y que se define con la Revolución de Octubre; más tarde la época de lucha de clase contra clase y después en el Octavo Congreso de 1928, nace la idea de que era preciso completar la revolución burguesa en la Argentina. A partir de la definición socialista de la Revolución Cubana, empieza a entrar en crisis la línea de la revolución democrática que tiene su origen en el antifascismo, proceso que cuaja en el 16 Congreso donde se define la línea de la revolución socialista y de liberación nacional.La historia del PC no es tan lineal como ha sido presentada en algún momento, es un complejo entramado de temas y problemas nacionales e internacionales, no sólo la guerra o la Revolución de Octubre. El hecho de que tempranamente, en 1912, empiece un proceso de debate en el Partido Socialista sobre la cuestión parlamentaria o el partido revolucionario, la reforma o la revolución, constituyen una tensión que se potencia y entrecruza con el fenómeno de la guerra, el debate entre bolcheviques y mencheviques, y finalmente, el proceso de la Revolución de Octubre que actúa como divisor en un proceso que se venía incubando dentro del PS y que tiene que ver con un período de luchas obreras muy fuertes entre 1910 y 1920.De ahí que sea relevante analizar los 90 años del PC, reconociendo que sus albores están más allá de aquel 6 de enero de 1918, ya que se remontan a 1896 con la fundación del Partido Socialista. Pero también a un proceso vinculado a la labor de la Internacional, a los primeros pasos en Argentina de la ideología de la lucha de clases, el fin de la explotación del hombre por el hombre y el socialismo.La fundación del Partido Socialista Internacional, al poco tiempo transformado en PC, se debe comprender como una consecuencia de la repercusión en el seno del socialismo de un debate internacional en torno al posicionamiento de los trabajadores respecto a la Primera Guerra Mundial y el apoyo o no a la Revolución de Octubre. Estos fueron elementos fundamentales, pero hubo otros de carácter nacional que tienen que ver con un proceso de luchas abierto en Argentina en ese período, en el que sobresalen acontecimientos como la Patagonia Rebelde y la Semana Trágica. Se trata de un contexto de grandes luchas y movilizaciones, del surgimiento de una clase y un movimiento obrero muy importantes. En este marco, el Partido Socialista que antes que cualquiera de sus pares de Latinoamérica había accedido a espacios parlamentarios, estaba atravesado por el debate reforma-revolución, lo que también contribuyó al nacimiento del PC. Por eso hay que reconocer que hubo razones simultáneas y convergentes que determinaron la realización de la reunión del 5 y 6 de enero, condiciones que propiciaron un rico debate entre las propias secciones socialistas, que se ve reflejado en los materiales generados en aquellos años por el PS, incluso en La Vanguardia.
-A partir de entonces, la historia del PC se puede leer analizando los distintos momentos que caracterizaron el despliegue de su línea…
PE: En un primer momento el Partido vive un período cuya línea se caracteriza por la lucha de clase contra clase, algo que hacia finales de los 20 y de la mano de los enfoques únicos de la Internacional y el Congreso de 1928, se modifica y da paso a la línea de la revolución democrática, agraria y antiimperialista. Es una línea fundamentada en una lectura que consideraba a la Argentina casi como un país feudal con algunos destellos de desarrollo capitalista, por lo que proponía que se debía completar la revolución democrático-burguesa con hegemonía de la clase obrera dentro de un frente de carácter democrático-nacional, para que en una segunda etapa, esa revolución se transformara en otra de tipo socialista.Con esa línea el PC trabajó durante mucho tiempo, pero entró en crisis y provocó muchas de las dificultades y deformaciones que tuvo la propuesta comunista, ya que la Argentina era un país con un desarrollo capitalista importante. Hay que recordar que en los 40 Argentina tenía el 25 por ciento del PBI de América Latina, un porcentaje que era superior, si se lo mide desde el punto de vista industrial, lo que por entonces, lo ubicaba aun por encima de México y Brasil. De ahí que ese programa empezaba a ser una traba para el desarrollo de una política profunda de la izquierda, aunque hay que recalcar que esto no impidió que la actividad del Partido estuviera marcada por algunos ejes principales que le han dado a la acción de los comunistas una gran influencia cultural en la sociedad argentina.
-¿Cuáles son esos ejes principales?
PE: Uno es aquel que tiene que ver con el relevante rol de los comunistas, no solo en la formación y consolidación del movimiento obrero y los sindicatos, sino también en todo aquello inherente a la organización social. Fue importante el papel de los comunistas en las grandes luchas obreras de las décadas del 30 al 60, pero no lo fue menos, el que el Partido tuvo en esos años en el desarrollo de las organizaciones estudiantiles, empresariales, en el impulso y desarrollo del movimiento cooperativo y agrario, pero asimismo en el vasto movimiento fomentista. Hablo de espacios que configuran a la organización social que tuvieron en los comunistas a grandes generadores e impulsores.
Víctor Kot: Otro eje no menor es el inherente a la solidaridad internacionalista-antiimperialista del Partido. Esto es algo que se manifiesta desde el Socorro Rojo, tras la Revolución Rusa, hasta las acciones solidarias que en los últimos años desarrollaron nuestras brigadas junto a los procesos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, pero también en Colombia, Brasil y Uruguay. La experiencia de internacionalismo activo y solidario del PC, incluye entre otras, la participación de internacionalistas en la República Española, apenas sucedido el triunfo de la Revolución Cubana, en la guerra de liberación en Vietnam y en la Revolución Sandinista.
-Esto fue moldeando el perfil del Partido, pero también le trajo consecuencias
PE: Es verdad, por el desarrollo de toda esa gran actividad el PC se ganó muchos años de clandestinidad y semiclandestinidad, padeció leyes que, en algunos casos, tuvieron un sentido anticomunista implícito como fue la Ley 4144, y en otros, fueron explícitamente anticomunistas como en el de la 17401, pero también fue objetivo de organismos especiales del Estado que priorizó la represión a los comunistas, entre otros, a través de la Sección Especial de Represión al Comunismo creada al interior de la Policía Federal. Estos son solo algunos datos que hablan con elocuencia de la principal atención y esfuerzo que los organismos de seguridad del Estado le dedicaron al Partido Comunista, algo que se corrobora con lo revelado no hace mucho a través de la Comisión de la Memoria que logró que se abran los archivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires donde consta que el 60 por ciento de los expedientes están dedicados al seguimiento de actividades y militantes del PC. Y no hay que olvidar que la criminal actividad paraestatal de la Triple A, tuvo a los comunistas como uno de sus principales objetivos.
-¿Todo esto contribuyó a configurar la cultura comunista?
PE: La comunista es una cultura de lucha por la libertad y la humanización de la sociedad en su sentido más profundo. Es una cultura de libertad, democracia y humanismo. Es la que recoge las banderas de fraternidad, libertad e igualdad de la Revolución Francesa, en las que fracasó el capitalismo, y que el comunismo toma para avanzar hacia una sociedad sin explotación ni alienación, a una sociedad libre, de productores libres, como dice al axioma comunista.
VK: En realidad cuando hablamos de cultura, aludimos a la cultura de la lucha de clases, antiimperialista y solidaria. Es una cultura abarcadora de la sociedad y es ahí donde quizás esté una de las mayores contribuciones del PC. Esta cultura se expresó en la literatura, la plástica, la ciencia, el derecho. Pero también en lo inherente a la difusión del pensamiento marxista que le da una solidez contundente. Creo que en el patrimonio del Partido estan el movimiento obrero y la cultura.
PE: Somos parte del movimiento comunista, que en su lucha de más de un siglo, generó con la ideología del socialismo, de la lucha de clases y el humanismo, ideales antiimperialistas y de liberación de los pueblos. De la distribución de la riqueza y de justicia. En nuestro país llevamos adelante esas banderas y somos parte de esa gran cultura universal, particularmente en América Latina donde gran parte de los principales actores del arte y el pensamiento forman parte de esta cultura comunista, que desde su cosmovisión de comunistas, construyeron y construyen belleza. Me refiero a Nicolás Guillen, Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Raúl González Tuñon, Alejo Carpentier y tantos otros cuya omisión en esta nómina la hace injusta.Hay que defender este rol cultural que ni siquiera el neoliberalismo pudo socavar. El Consenso de Washington afectó a las políticas de izquierda, pero no pudo hacerlo, al menos en profundidad, con muchos de sus valores culturales.
-Queda claro que la cultura comunista trasciende las fronteras del propio Partido…
VK: Hay muchos que en los momentos de derrota, repliegue y defensiva de las ideas del socialismo y las revoluciones sociales, dejaron de ser desde el punto de vista político y de la lectura económica, gentes de izquierda para convertirse en centristas, casi en derechistas; pero siguieron teniendo influencia de la misma matriz cultural, algo que les crea fuertes contradicciones. Lejos de negar la posibilidad de hacer un inventario, lo cierto es que esto corrobora que existe esa matriz cultural, que hay una cultura comunista que es suficientemente fuerte y medular como para generar este tipo de fenómeno.Desde su concepción más integral y humanista, esta cultura incluye a pensadores con los que se puede o no estar totalmente de acuerdo, pero que aportan a ella. Otra cosa es concebir una organización que pueda llevar adelante la práctica de esas ideas. Creo que un déficit es que quizás muchas veces esa cultura no se expresa en la forma política organizada del Partido.
PE: La influencia cultural general de la ideología del Partido Comunista fue más allá que nuestra construcción política. Por eso, en estos años transitamos el gran desafío, que implica no solo defender al Partido como lo hicimos en los momentos de repliegue, sino ampliarlo, algo para lo que estamos en condiciones: aportar a la construcción de la gran herramienta política que necesita nuestro pueblo.
-En este sentido, un hito fundamental es el 16 Congreso…
PE: A lo largo de su historia el Partido sembró en nuestra sociedad, a un costo muy alto de héroes, mártires y mucha tarea militante. No sin grandes esfuerzos, asimiló bien su historia, y este es uno de los grandes valores del 16 Congreso, el reconocernos no como la izquierda, sino como una parte de la izquierda. Para llegar a eso tuvimos que transitar un proceso muy complejo. El 16 Congreso es un fenómeno importante, porque fue donde se definió debidamente la estructura de la Argentina, se planteó el tipo de revolución y se analizaron otros conceptos como el de sujeto social con centralidad en la clase obrera, ubicada de una manera correcta en el conjunto de sectores populares que necesariamente deben articularse para producir un cambio. Pero también porque fue entonces cuando se rompió con el esquema de alianza obrero-campesina, para plantear el elemento superador de aquella alianza. El concepto de clase obrera aliada a los sectores medios del campo y la ciudad. Y fue cuando desde el punto de vista político se reconoció que el necesario estilo de vanguardia que debe auto exigirse e impregnar al PC, no significa autoproclamarse como tal, sino luchar para que la conjunción de las distintas fuerzas revolucionarias pueda conformar una vanguardia plural y unitaria, capaz de jugar un papel de dirección de esta alianza de clases.
-¿El 16 Congreso actualizó la mirada del PC?
PE: El 16 Congreso moderniza la lectura sobre la estructura económica y social de nuestro país, también aquella inherente al sujeto social y el enfoque acerca de la alianza principal y el tipo de revolución que madura en las entrañas de la crisis del capitalismo argentino, que es una revolución de tipo socialista de liberación nacional y que vincula profundamente el antiimperialismo con el anticapitalismo. Esto es, la utilización práctica de las reflexiones de Ernesto Guevara, Rodney Arismendi, Fidel Castro y muchos revolucionarios latinoamericanos y del mundo. Al modernizarse el enfoque de la vanguardia, se trata de superar las visiones autoproclamativas y se incorpora la concepción plural de la vanguardia. Esto lleva a la idea de unidad de los revolucionarios, y de alianza entre la clase obrera, los sectores medios de la ciudad y el campo como eje principal de lo que debemos agrupar para producir los grandes cambios y motorizar políticamente una nueva y distinta fuerza que no apunte a equilibrar el sistema, sino que sirva para cambiarlo.
-Es ahí donde se plantean nuevos desafíos…
VK: Efectivamente, este es el desafío, porque pese a varios esfuerzos como el Frente del Pueblo, el FG y la IU, en Argentina no se pudo constituir una fuerza de estas características. Debemos insistir y perseverar. Por eso, dentro de las principales actividades de 2008, nos planteamos avanzar con mucho entusiasmo hacia la realización de encuentros de la militancia en distintas provincias. Allí deben participar todos los sectores con los que articulamos en frentes electorales durante el año pasado, pero también tenemos que ir a la búsqueda de la mayor cantidad de compañeras, compañeros, grupos, sectores, organizaciones y fuerzas políticas que se enfrentan a la derecha que se va constituyendo como partido político, y se sientan en condiciones de superar las visiones de Tercera Vía y cambio limitado que propone el partido de centro que trata de conformar el Gobierno. Es una tarea muy difícil en la que coincidimos con nuestros amigos humanistas con quienes formamos el Fral, pero asimismo, con muchos otros sectores con los que protagonizamos diferentes construcciones en los niveles provincial y municipal.
PE: Estos encuentros también podrán tener expresiones regionales, y es de esperar que no muy avanzado el año, propicien otro de carácter nacional. Sabemos que esto demandará un gran esfuerzo, porque existe una gran dispersión entre las fuerzas que están en la búsqueda de cambios profundos, aquellas que quieren ir más allá de la «humanización del capitalismo» que propone el Gobierno.
-Hablamos de una tarea que requiere una importante voluntad unitaria…
VK: Por eso, esto requiere de una gran voluntad unitaria, pero además capacidad de propuesta programática y amplitud que permita contactar en la búsqueda de una política de alianzas con aquellos que están en los marcos de este espacio que busca cambios profundos. No podemos dejar de advertir que en sectores políticos ocupados por el Gobierno se desarrolla una militancia que proviene del nacionalismo popular, el peronismo revolucionario, la teología de la liberación o sencillamente otros progresistas y antiimperialistas con experiencia militante en la izquierda. PE: En este sentido, proponemos una táctica de unidad y de debate con estos sectores, una táctica con la que se pudo avanzar en experiencias importantes como el Encuentro contra el Alca de Mar del Plata y los de Ferro contra la presencia de Bush en la región y de Córdoba por la incorporación de Venezuela al Mercosur, y más cerca, a acuerdos para apoyar iniciativas como la creación del Banco del Sur o las gestiones del presidente Hugo Chávez para facilitar el intercambio humanitario de prisioneros en Colombia, algo que sin duda, es un avance hacia una solución política pacífica del conflicto en ese país.
-¿Cómo debe posicionarse esta política de alianzas respecto al conflicto social?
PE: No se puede avanzar en ninguna construcción política al margen de las luchas sociales. Se agitan banderas que hablan de un mejoramiento y se verifica un ánimo que le permitió al Gobierno una sucesión sin grandes dificultades, pero hay que entablar una lucha mucho más profunda por la distribución de la riqueza, porque aunque existe cierta bonanza, la parte del león se la siguen quedando los sectores del privilegio, aquellos del capital más concentrado y quienes están próximos a éstos.No se puede negar que disminuyó la desocupación, pero debemos poner el acento en que hay un porcentaje altísimo de trabajo precario, un cincuenta por ciento de los argentinos carece de seguridad social y una parte de los asalariados percibe haberes que no alcanzan para satisfacer las necesidades básicas, lo que determina que haya diez millones de pobres y que tres millones de personas vivan en la indigencia. Algo que es inaceptable en un país que desde hace cinco años está viviendo un crecimiento económico.
VK: Por esa razón el PC debe ser un fuerte impulsor del combate económico y social por los derechos del pueblo, en especial de los trabajadores. Y sobre todo, no ha de ser posible el desarrollo de una alternativa política al margen de un extenso, penetrante y consecuente trabajo de construcción de poder popular, tal como lo señalan nuestros congresos. En esta tarea debemos ser participantes activos, pero también organizadores y promotores.
-Hablamos de un Partido que sea impulsor y protagonista en un año en el que el Gobierno propone el Pacto Social…
PE: Es necesario enfrentar la política de Pacto Social con un presupuesto claro: los sectores dominantes van a tratar de ponerle un techo a la clase obrera para consagrar a través de este Pacto una nueva ronda de superganancias y concentración de la riqueza. Por eso debemos garantizar una fuerza apta para enfrentar a los sectores del capital concentrado, desde los intereses de los trabajadores y del pueblo. Hay que romper con el discurso del derrame, la experiencia indica claramente que no se derrama nada, por lo que hay que producir el vuelco del recipiente de la riqueza, y para eso, hay que tener fuerza.En este sentido es importante comprometernos a través de la militancia en la CTA y en distintos gremios, también en la militancia agraria en la FAA y otras organizaciones, y en aquella de los pequeños y medianos empresarios, en la de los sectores cooperativos y estudiantiles. Hay que fortalecer a la Paritaria Social, y sobre todo, darle gran significación y preocupación por parte de todos nuestros organismos a la gran iniciativa que será la Marcha Federal del 22 de abril convocada por la Paritaria Social.
-¿Qué necesita el PC para estar a la altura de estas circunstancias?
PE: En este marco, además de mejorar cuantitativamente, nuestro partido necesita y puede desarrollarse. De ahí que junto al aniversario del PC, debemos proponernos planes especiales de difusión de la prensa, un instrumento muy importante que tiene que convertirse en la base de un sistema propagandístico que hay a potenciar con la incorporación de nuevas tecnologías y capacidades. A esto deberá sumarse una mayor preocupación de nuestras direcciones en la tarea de hacer propias distintas iniciativas de comunicación popular en los niveles regionales y locales. Este es un año en el que tenemos que retomar nuestra tradicional Fiesta de la Prensa, los bloqueos de fábricas y gremios, ya que, en un momento en que se recompone el proletariado argentino, no podemos dejar de profundizar el trabajo en muchos sindicatos donde hay espacio para organizar; esto de la mano del fortalecimiento de nuestro trabajo en el estudiantado y en los sectores medios de la ciudad y el campo. Hay indicios de recomposición de nuestra tarea entre los intelectuales, la intelectualidad revolucionaria, un espacio irremplazable en la creación de subjetividad e ideas, pero asimismo en su difusión.
-Se plantea entonces otra gran tarea, aquella vinculada a la subjetividad, al desarrollo de la conciencia política…
PE: Es vital trabajar en la profundización de la conciencia ideológica y política de nuestra sociedad, y este año tenemos dos enormes acontecimientos que brindan excelentes oportunidades en esa dirección. Además del 90 aniversario del Partido, está el Año Internacional del Che, a 80 años de su nacimiento, para lo que se creó una comisión provincial en Santa Fe y debemos hacer lo propio con otra de alcance nacional e internacional que impulse la organización de actividades, que se sumen a la inauguración de un monumento al Che, nuevos seminarios y debates en cada provincia y ciudad importante, en cada universidad y lugar de trabajo. Allí donde se debata el núcleo del pensamiento del Che, se hablará de antiimperialismo y socialismo, y habrá que hacerlo en el marco de la potenciación de toda la actividad solidaria con el proceso antineoliberal y antiimperialista que recorre Nuestra América.Con esta dirección, y al calor de las grandes tareas en el plano de las luchas económico-sociales, en el de la solidaridad y el internacionalismo revolucionario en América Latina, debemos profundizar los debates apuntados a desarrollar los niveles de conciencia y subjetividad en los sectores más avanzados del pueblo.
-Una tarea que le plantea al PC una necesaria interacción internacional…
PE: Hay otro nivel de crecimiento de las fuerzas revolucionarias, aquel vinculado a su interacción y coordinación internacional, ámbito en el que podemos realizar un balance muy importante. Entre otras, allí están las tareas desarrolladas en el Foro de San Pablo, en el movimiento internacional por la paz, el Consejo Mundial de la Paz, la Federación de Juventudes Democráticas y la Federación Sindical Mundial. En cada uno de estos espacios, encontramos al PC, que a través de la participación destacada de distintos compañeros como Jorge Kreyness, Rina Bertaccini, Mario Alderete o Zaida Chmaruk, se presenta sumamente activo en la organización del movimiento revolucionario.
VK: Habría que agregar que vemos con optimismo el proceso de reuniones anuales que venimos llevando adelante los partidos comunistas, en cuyo marco participamos junto a otros 85 partidos en noviembre de 2007 en la reunión de Minsk, donde también se rindió homenaje al 90 aniversario de la Revolución Rusa. Al parecer estamos ante el fin de un período negativo, una etapa de dispersión y desarticulación de los partidos comunistas que nos debilitó a todos. Otro dato auspicioso es el que señala que a esta articulación empiezan a incorporarse otras fuerzas de perfil revolucionario no vinculadas estrictamente a la historia del movimiento comunista internacional. Esto puede permitir avanzar en un internacionalismo revolucionario al que debemos contribuir con nuestro esfuerzo.
-Hay condiciones regionales favorables, pero esto también nos impone nuevos retos…
VK: En los años 90 con la caída del este empieza una feroz campaña de deslegitimación de todos los partidos revolucionarios, y sin hacer retórica, nos conviene marcar el tema, porque nos ha hecho daño, aunque hemos sabido enfrentarlo.Se perdió un conjunto de dirigentes y partidos tradicionales del movimiento revolucionario, tal el caso del PC italiano o el francés, en América también hemos perdido muchos dirigentes, cuadros y vidas dedicadas que han cambiado y se han deslegitimado.En el PCA tenemos, para decirlo con sobriedad, el orgullo de haber enfrentado ese momento con la convicción de que era necesario. Sin embargo, quiero decir que algunas de esas ideas han calado en nuestra fuerza y a veces tenemos rechazos muy evidentes a la forma política leninista de la organización, al trabajo organizado del Partido, al trabajo sistemático, a los planes y el desprecio a la disciplina partidaria. A esas cosas tenemos que enfrentarnos, lo hemos enfrentado y en parte salimos dignamente. En este momento se abre una nueva perspectiva en Latinoamérica, algo que todos advertimos está en desarrollo tal como anticipamos ya en 2002 cuando hablamos de una cuarta ola revolucionaria en América. Las ideas de la derrota hicieron mella y ahora se pueden transformar en un freno, por lo que debemos advertir que eso nos sucede, hemos perdido disciplina, carácter sistemático del trabajo partidario, muchos dirigentes descalifican y desprecian el trabajo organizado y aparecen regionalismos, hemos debatido pero eso no basta. Tenemos que volver a fondo sobre este tema, porque si no, vamos a perder la posibilidad de actuar como corresponde en esta realidad latinoamericana.
PE: Conviene interrogarse en qué estado está el Partido y lejos de la voluntad de la Dirección pretender idealizar el estado del PC. En realidad, creo que la Dirección y todos lo militantes debemos tratar de tener una idea clara del punto en donde estamos. Esta es una situación de convalecencia, ya que el Partido ha sido fuertemente sacudido por los fenómenos de la caída del este, por la contraofensiva contrarrevolucionaria neoliberal. El Partido ha sufrido todo esto, porque hizo un viraje para profundizar el camino hacia la revolución y se encontró casi al unísono con el triunfo de una contrarrevolución mundial con la caída de la Unión Soviética y con una inusitada virulencia de todas las fuerzas anticomunistas y antisocialistas que promovieron el fin de la ideología, el fin de las revoluciones y el fin del socialismo.En cada país, dentro de la matriz general de la contra revolución conservadora, se siguieron caminos particulares, en el nuestro, muchos apostaron a que por distintas razones, el nuestro era uno de los partidos que estaba llamado a desaparecer, sin embargo es un gran mérito de esta historia, de la militancia que ha defendido y mantenido el Partido como un valor político, ideológico y cultural de la revolución moderna en la Argentina.
VK: No podemos ignorar que tenemos heridas importantes que se sienten particularmente cuando llega el momento de actuar, cuando hay condiciones para jugar a la ofensiva, por lo menos del punto de vista de una situación inédita en el continente.En el Partido tenemos muchísimos valores, méritos y capacidades, pero que coexisten con problemas de fragmentación en la fuerza, falta de cohesión, falta de articulación, personalismos o una visión limitada del escenario político mundial; como asimismo dificultades para ver al enemigo, su caracterización y análisis. PE: Sobre todo para ver al enemigo principal, la tendencia a transformar adversarios en enemigos, algo terrible cuando el campo en el que se puede construir es un escenario cuyos actores son fuerzas que están por el cambio y tienen distintos proyectos políticos, aunque no identidad con el proyecto revolucionario.Y una cuestión fundamental que no hay que obviar, son las tensiones en la situación con EE.UU. En Argentina esto le provoca el llanto a algunos, nosotros nos sentimos motivados por las contradicciones objetivas en la dinámica de los acontecimientos latinoamericanos, que están llevando al Gobierno y al país a un nivel de contradicción más alta con EE.UU. Esto nos parece bien, hay que respaldar las actitudes que ha tomado el Gobierno en este sentido, pero esto no debe quedar solo en las manos del Gobierno, sino que lo tiene que tomar el movimiento popular, porque acá no vale ser espectador, no vale la indiferencia.
-¿En este contexto, son optimistas?
PE: Somos muy optimistas, en estos 90 años el Partido, los anarquistas, los socialistas, todas las izquierdas, incluso aquellas que se desarrollaron en los grandes partidos burgueses hemos luchado mucho, pero nunca como hoy se presenta la oportunidad real de constituir una alternativa de carácter revolucionario, de cambio profundo en la Argentina. Estamos convencidos de que las revoluciones son internacionales por su contenido y nacionales por su forma. Hoy en América Latina hay una situación particular. Cuando nos visitó recientemente, el vicepresidente cubano José Ramón Fernández, señaló con claridad que ésta no es la misma situación del 70, que era un momento de auge revolucionario, ni tampoco es la del 60, donde Cuba aparecía aislada en una situación absolutamente original y casi desprendida de un contexto regional. Pensemos que en los 70, el triunfo de la Unidad Popular en Chile, la presidencia del general Juan José Torres en Bolivia, la de Juan Velazco Alvarado en Perú, Jaime Roldós en Ecuador y Torrijos en Panamá, configuraban un fenómeno de menor profundidad y donde las oligarquías locales y el imperialismo tenían mucho mayor potencia.Lo que observamos hoy es un proceso más profundo y extendido, que desnuda importantes contradicciones y crisis del imperio. Por lo tanto, vemos que las condiciones son favorables si los revolucionarios nos movemos con saludable ejercicio de imaginación, sin dogmatismo ni sectarismo.
VK: Las condiciones regionales son muy relevantes, pero no hay que olvidar la contribución a la generación de estas condiciones, que realizó la Revolución Cubana en cada una de sus etapas.
PE: No se pueden hacer comparaciones lineales, pero la primera independencia se hace en condiciones internacionales, en donde el imperio español se ve debilitado, aparte de las voluntades independentistas que se habían desarrollado producto de la influencia de la Revolución Francesa en América, está el debilitamiento del imperio español. Ahora lo que podemos ver es que el imperio estadounidense tiene problemas importantes, más allá de su crueldad, perfidia e infinita maldad, EE.UU ya no puede manejar las cosas como antes. Tenemos la influencia no solo del proceso revolucionario general del Siglo 20, sino aquella de una auténtica revolución, que resistió, que lucha por perfeccionarse y ha resistido todas las maniobras adversas del imperio: la Revolución Cubana. El proceso venezolano tiene perfiles que apuntan hacia una nueva revolución y la existencia de numerosos procesos antineoliberales de distinta profundidad, indican que en la región estamos viviendo un momento histórico de esperanza revolucionaria.
-Volvamos al Partido…
PE: Ha sido muy justo defender el Partido, porque es apto, incluso defender el nombre, ese perfil, esa visión radical del socialismo que es lo que indica el nombre comunista que hoy vuelve a ser valorada, en momentos que los fracasos del capitalismo han introducido un fuerte debate post capitalista. El camino del socialismo vuelve a legitimarse, se enriquece. Chávez suele recordar que el maestro de Bolívar, Simón Rodríguez, decía que «si no imaginamos, perdemos». Este año nuestro Partido tendrá que dedicarle, al calor del aniversario del Che, del Seminario Internacional de Cuadernos Marxistas, un gran esfuerzo político y teórico, un debate en su filas y con otros sectores de izquierda, con la intelectualidad avanzada, con otros sectores revolucionarios latinoamericanos acerca de la visión renovada del socialismo hoy. Criticar al capitalismo, renovar y recrear al socialismo como larga transición hacia el comunismo, son premisas que cobran mayor vigencia día a día, y a la vez, nos señalan que la suma algebraica de problemas, virtudes y potencialidades, indica que el PC puede ser un instrumento muy apto para avanzar hacia la Segunda y Definitiva Independencia.

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